Me permití extrañarte...


Con la última luna me permití extrañarte, desde las uñas hasta la médula.
Releí durante horas algunas de tus cartas. Recordé en carne viva cómo tus letras cosquilleaban el vientre de mis letras.

¿Sabías que nunca te olvidé? Alguna vez necesité alejarme, es cierto, necesité que no me dolieras. Tus letras se acuchillaban en la garganta de mis letras.
Pero nunca voy a querer olvidarte.
Pero nunca voy a dejar de desear que estés en mi vida y, en aquellos días, no podía seguir tentada a dejarme morir de pena. Tampoco podía estar cerca y no desear morirme.

Hoy las cosas son distintas. Logré dejar mi vida en manos que no fueran las mías y nos dimos una hija que, irreversiblemente, mutila de mis pensamientos el encanto de la muerte. Le da sentido a la vida a la vez que me la inyecta.
Ahora soy fuerte, con mayúsculas, haciendo honor a cada letra.
Ahora existe alguien que, sin notarlo siquiera, me sostiene.

Pero los sueñes no mueren, esa fue siempre mi promesa.
Pero las letras despiertan al camino que hoy me trae de vuelta.
No te arranqué de mi recuerdo ni te maté de mi memoria.
Definitivamente, tus besos son la sangre que merezco.
Mi dedos vuelven a dibujar tu silueta en el aire, otra vez acarician tus letras.
Tu voz, vórtice de mi alma desnuda. Mi silencio, vértice de tu balada cruda.Lo sabés: nunca olvido, no sé olvidar... mi memoria morirá conmigo o me sobrevivirá.

Lo confieso: te extrañé, te extraño.
El esqueleto de mis letras sigue bailando en la luna, en una sola baldosa, tarareando nuestro tango “el día que me quieras” y -qué ironía- nunca supe cuál fue el día que no te quisiera.
Hoy reclamo tu vos, tu voz, tus letras, tu presencia que despierta esa parte que fingí dormida en mí hace ya muchos años.
Hoy te convoco desde mi fibra más íntima, vuelvo a vos, a mí, a nosotros.
Reclamo tu presencia y esa ausencia tuya que me descalabraba.
Reclamo esa porción de luna que era tan tuya que necesité robártela y reclamo tu mirada que no alcanza mi mirada.
Busco desesperadamente llegar a vos, a esa porción que me gané a fuerza de quererte, de no reconocer barreras.
Hoy te busco para estar en vos, para que estés en mi, para no dolernos nunca más o dolernos siempre pero ya no morir de desencuentros.
Hoy regreso a vos, a tu búsqueda, atravesando todos estos años en que fingí olvidarte. Hoy me devuelvo.
Hoy regreso a vos.
Hoy te busco para siempre.

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